Sea del tipo que sea, una patrulla requiere una buena labor de preparación, planificación y ensayo. Deben conocerse las formaciones que se van a emplear, los métodos de cruzar obstáculos, qué se hará en caso de contactar con el enemigo y el objetivo, la forma de evacuar un herido o conducir un prisionero. También debe pensarse en el armamento, uniforme, el equipo e incluso el calzado que se va a emplear.
Las patrullas de combate pueden llevar una proporción de armas capaces de hacer fuego automático con el fin de poder general una elevada potencia de fuego en un momento dado. En estos casos importa más el automatismo que la precisión, por lo que se aconseja llevar fusiles de asaltos capaces de hacer fuego a ráfagas. Si se precisa más “pegada”, puede llevarse una MG siempre que ésta no sea más un estorbo que una ayuda. Las granadas pueden ser un medio muy eficaz de sacar apuros a una patrulla por la noche y también infligir bajas al enemigo en el curso de una acción ofensiva.
Fuente: Revista Comando
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