La carne es el alimento más nutritivo para el ser humano y, ciertamente, es lo que mejor puede saciar el hambre de un fugitivo que tiene que sobrevivir durante un período de tiempo en territorios agrestes.
Coger y comer gusanos puede ser una opción mucho más sencilla que la de cazar animales más grandes, pero hay que ingerir gran cantidad de lombrices y orugas para que equivalga a un solo pato silvestre.
Lo primero que hay que saber es que todos los animales son comestibles (pero no necesariamente por completo). Lo segundo es que, en general, no son fáciles de cazar y que tendrás que emplear a fondo todas tus cualidades para triunfar en el empeño; y eso significa que hay que entender el modo de vida del animal
Hábitos diarios
En términos generales se puede decir que la mayor parte de los animales siguen una conducta regular en sus hábitos, utilizan los mismos senderos y caminos, beben en los mismos senderos y caminos, beben en los mismos lugares de las orillas de los ríos o de los estanques y duermen en los mismos sitios de refugio. También tienen un horario y lo cumplen casi a rajatabla; si un animal acude a un lugar específico para beber al amanecer, lo más probable es que haga lo mismo al día siguiente. Así que deberás dedicar un tiempo a buscar rastros de animales.
Si hay una gran actividad animal en tu zona, busca un lugar donde esconderte y observa los patrones de la vida salvaje local. Esta familiarización con el medio te facilitará el trabajo de atrapar al animal. Todo lo que tienes que hacer es dejarte guiar por tu inteligencia: los animales han vivido allí desde que nacieron.
A menos que tengas un arma de precisión, como un fusil, escopeta o una ballesta, la caza será una elección menos apropiada que la de atrapar un animal para proporcionarte la comida. En un medio hostil, donde hay fuerzas enemigas o nativas, la caza es, ciertamente, algo casi imposible, pero de todas maneras veamos algunas de las cosas básicas que se deben saber en el juego de la caza en plena naturaleza.
Has de asumir por norma que cualquier animal pequeño que se encuentre próximo a ti se mostrará incómodo y estará dispuesto a salir corriendo al advertir tu presencia. Si te descubre, te escuchará, te olerá (recuerda que su sentido del olfato puede ser cientos de veces mejor que el tuyo) y se esconderá bajo tierra o pondrá rápidamente la mayor distancia posible entre ambos. Si puedes observar a los animales antes de que ellos te puedan descubrir las probabilidades de atraparlos se incrementan considerablemente.
Por lo general utilizan las mismas sendas y los mismos lugares para beber y construir sus hogares permanentes. Busca cualquier señal –huellas, lugares de alimentación, hierbas que forman un camino. Y emplea tu inteligencia para crear un plan que te permita atraparlos.
Foto: Un simple lazo corredizo. La trampa más simple de todas es el lazo corredizo, pero puede mejorarse este primitivo ingenio uniendo un par de cables. Los dos lazos del cable que forman el nudo se cerrarán e impedirán que el animal pueda huir.
Consejo a la hora de explorar: Los animales construyen sus hogares en toda clase de lugares insospechados. Las planchas de chapas onduladas, bidones, tejas, etc... son con frecuencia la vivienda de una familia de ratones, pero las serpientes también encuentran muy confortable este "alojamiento", así que levanta siempre el borde con un cuchillo o un trozo de madera, no con las manos.
Fuente: Revista Comando
No hay comentarios:
Publicar un comentario