lunes, 1 de junio de 2009

Dos en uno

La manera más sencilla de conseguirlo es clavando en el suelo cuatro troncos de madera verde, en dos grupos: las dos maderas de cada pareja estarán separados unos 10 cm, y las dos parejas, aproximadamente un metro. Llena el espacio con troncos y ramas grandes, pero no los ates entre sí. Esta estructura tan simple es al mismo tiempo un eficaz parapeto contra el viento y una manera sencilla de guardar madera par ala propia fogata.

Puede que te veas obligado a preparar un fuego sobre una superficie húmeda, quizá encima de la nieve o en una zona pantanosa. En el primer supuesto, la solución más sencilla consiste en construir una base de capas de madera verde. Si el área es pantanosa, deberás levantar esa base sobre una plataforma apoyada en cuatro troncos.

No pretendas cortar o romper trozos grandes de madera cuando hagas un fuego abierto. Coloca un extremo del tronco sobre el fuego y avívalo para que prenda en él, o también deposítalo horizontalmente sobre la fogata; de esta manera, cuando ese lado se haya consumido, dale la vuelta.
Una vez hayas superado el calvario de encender un fuego en condiciones adversas, no dejes que se consuma. Durante el día debes alimentarlo con madera dura y bien seca, que produce muy poco humo. Por el contrario, cuando caiga la noche añádele madera verde o húmeda para que produzca humo, lo que te ayudará a ahuyentar los insectos.
Fuente: Revista Comando

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