miércoles, 20 de mayo de 2009

El Fuego. Introducción y recomendaciones

Cuando te dispongas a hacer fuego en condiciones difíciles debe tomarlo con calma: empieza por un fuego pequeño, que avivarás poco a poco, con cuidado. Si no has podido encontrar un refugio natural que te resguarde del viento, habrás de construir un cobertizo, aunque lo más sencillo es hacer un agujero en el suelo y preparar la hoguera en su interior.

Si el suelo está muy húmedo, deberás construir una base con piedras, pero antes asegúrate que éstas no son porosas. Las piedras porosas y húmedas pueden explosionar: ello no sólo puede causarte heridas, sino que además puede esparcir el fuego en todas las direcciones.

Seis recomendaciones

El fuego te confortará, pero también supone algunos peligros. Aterido de frío, mojado o agotado, puede que te precipites y pongas en peligro tu integridad, la de tu cabaña o la de tu equipo.

Fuente de luz. Si estás en territorio enemigo o hostil, procura que tu fogata no te delate al enemigo. Su luz se refleja en los árboles y las rocas.

Señales de humo. Si el tiempo es frío, el humo sube verticalmente y puede revelar tu posición. Con el calor, el humo tiende a pegarse al suelo y te hace menos visible, pero puede delatarte su olor.

Leña. No cortes árboles para coger leña, sino ramas bajas. Un árbol caído se distingue desde el aire.

Diferentes humos.
La madera de coníferas (pinos, abetos, alerces) hace más humo que la de los árboles caducifolios, de hoja ancha.

Otros combustibles. El musgo y la turba secos son excelentes materiales de combustión lenta.
Plásticos. El pórex, la goma espuma y el caucho arde fácilmente y pueden ayudarte a encender una hoguera.

Fuente: Revista Comando

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