Un esquiador experimentado puede recorrer 10 kilómetros por hora durante varios días, incluso cargando un equipo pesado. Esto es mucho más de lo que podría cubrirse a pie y requiere un esfuerzo mucho menor, así que es muy conveniente poseer por lo menos unas nociones básicas de esquí. Existen dos tipos principales de esquís: los alpinos que son más cortos y tienen fijaciones tanto para la punta del pie como para el talón. Los nórdicos o de fondo son más largos y estrechos, con una fijación articulada para la punta de la bota que permite elevar el talón. Ello hace posible “arrastrar” los esquís de una forma característica en la que se pueden cubrir grandes distancias a una velocidad considerable.
Esquíes de fondo militar
El esquí de ordenanza militar suele medir 208 cm de largo (grande para las normas de esquí alpino). Tiene agujeros en la punta para poder ser remolcado en un improvisado trineo, así como unas acanaladuras en la cola para fijar tiras de piel de cabra. El profano en la materia puede sorprenderse de que se pueda caminar cuesta arriba con unos esquís. Al principio, para ello se pegaban tiras de piel de foca en la suela de os esquíes, pero actualmente se utiliza la piel de cabra, que tiene un efecto parecido.La longitud de los esquíes no es demasiado importante, pero sí la de los palos. Los de fondo son más largos que los alpinos y llegan casi al sobaco. Los ejércitos suelen tenerlos de tres dimensiones básicas; 120, 137 y 147 cm. Es importante conservar afiladas las puntas de os palos, pues así se hace mejor presa en el hielo.
Fuente: Revista Comando
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