martes, 28 de abril de 2009

Consejos para cruzar ríos

Buscar un vado

Un río puede ser ancho o estrecho, de aguas someras o profundo, tranquilo o rápido. También influirá que sea alimentado por agua de lluvia, por la nieve o el hielo de un glaciar. Nuestro primer objetivo consistirá en hallar un punto seguro por el que podamos cruzar el obstáculo, lo que haremos desde una altura dominante del terreno. Si ésta no existe podemos encaramarnos a un árbol, por ejemplo.

La profundidad de un río u obstáculo vadeable no debe asustarnos; de hecho, los cursos profundos suelen discurrir más lentamente – y, por lo tanto, son más seguros – que los de aguas someras. Una vez en la otra orilla pondremos las ropas a secar, eso si no hemos optado por improvisar una almadía sobre la que pasar el uniforme y el equipo.

Rápidos

Atravesar un río profundo y de aguas rápidas no es tan peligroso como parece. Debe nadarse siguiendo el curso –nunca contra la corriente- y procurar mantener el cuerpo horizontal en el agua. Ello reduce el riesgo de verse arrastrado hacia el fondo.

Cuando crucemos unos rápidos poco profundos lo haremos boca arriba, con los pies por delante – para detener el impacto contra posibles rocas sumergidas – y utilizando las manos como timones a lo largo de las caderas para darnos mayor flotabilidad.

En zonas de rápidos profundos nadaremos de la forma acostumbrada, con la cabeza por delante, aunque orientados hacia la orilla en la medida de lo posible. Es importante evitar aquellas áreas en las que el agua fluya contracorriente o en la que se den corrientes convergentes, pues pueden indicar la presencia de peligrosos remolinos. También hay que huir del agua arremolinada bajo las cascadas y cataratas, pues hay menos flotabilidad.

Evitar las aguas frías

Antes de intentar el cruce de un curso u obstáculo de agua es necesario comprobar la temperatura del líquido. Si el agua es extremadamente fría y no hemos encontrado un vado poco profundo, debemos renunciar a cruzar a nado y recurrir a otros métodos. Por ejemplo, podemos improvisar un puente abatiendo un árbol sobre el río. Otra solución algo más laboriosa, es hacer una balsa lo bastante grande para nosotros y nuestro equipo.

Otros obstáculos de agua

Puede que debamos cruzar marismas, ciénagas, pantanos e incluso áreas de arenas movedizas. En cualquier caso, No intentaremos caminar por ellos, pues la acción de levantar los pies estando en posición erguida sólo sirve para hundirse más profundamente. Una posibilidad de cruzar es improvisando un puente con un tronco, ramas o follajes.
Otra manera de atravesar tales áreas es tendiéndose sobre la superficie, abierto de brazos y piernas, y braceando o reptando por ella. El cuerpo debe mantenerse horizontal para repartir mejor el peso.
Fuente: Revista Comando

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