Silueta. A pesar de su buen enmascaramiento, si está a contraluz puede ser descubierto. Es vital fundirse con lo que le rodea. Recuerde que el sol se mueve y así lo que aparece como una excelente posición por la mañana puede ser una trampa mortal por la tarde.
Forma. La primera cosa que verá el enemigo será una forma familiar: una figura humana, un casco, un fusil, etcétera. Existe una amplia variedad de pertrechos para disimular su forma. El “arbusto móvil” es una buena idea siempre que tenga cuidado de no hacer ruido al moverse.
Sombra. Compruebe siempre con qué sombras se confunde y cuáles produce; una perfecta posición puede ser delatada por las sombras como para la silueta, recuerde que el sol se mueve y gira.
Movimiento. Cualquier movimiento puede descubrirle, incluso el simple amartillado de su fusil. Si su posición es sospechosa para el enemigo, será observada continuamente con gemelos.
Operador de radio. Los ejércitos modernos dependen de sus comunicaciones. Si consigue poner fuera de combate a un hombre de transmisiones y/o su equipo creará serios problemas al enemigo. Observe cualquier indicio de antena, pues muchos operadores las doblan.
Caza carros. Fuertemente cargado con un pesado equipo, el tirador contracarro es un buen blanco y su baja es una sensible pérdida porque hace a la unidad vulnerable frente a un ataque blindado.
Oficial. A menudo los mandos lelvan también fusil y ocultan todo aquello que pueda revelar su categoría les suele delatar el reflejo de sus prismáticos.
Sirviente de ametralladora. El tirador de ametralladora ofrece la máxima potencia de fuego al pelotón de fusileros. A menudo este hombre lleva su arma muy próxima al cuerpo para ser confundido con otro fusilero. Observe al pelotón adversario para identificarlos.
Fuente: Revista Comando
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